El Departamento de Casting de Pol-ka está dirigido por Sabrina Kirzner, quién trabaja junto a sus dos colaboradoras, Natalia Monteferrario y Josefina Berghmans en la selección de los actores y el armado de elencos de producciones como Los únicos y Herederos de una venganza.
La Directora del Departamento de Casting de Pol-ka habla sobre los pormenores a la hora de elegir a los actores invitados que casi todas las semanas aparecen en Los únicos, la comedia del prime time de El Trece.
Con tantos actores invitados y participaciones ¿Es más intenso el trabajo de casting que hacen para Los únicos?
Es un trabajo más vertiginoso que en otra ficciones. El formato que tiene Los únicos y la forma en que se cuentan las historias invita a jugar con la imaginación. Si vemos en los libros que en una escena aparece un diseñador de modas, con Los únicos tenemos la posibilidad de imaginar a un diseñador de modas verdadero realizándolo. Al ser una comedia delirante pero no fantástica podemos jugar con la realidad y la ficción y tenemos el marco adecuado como para jugar con personajes conocidos popularmente. La intervención termina siendo sólo un cameo, igual que un bolo cualquiera, pero con una cara conocida que hace más divertida la historia. Los productores ahora saben que si aparece un profesional en la historia nos avisan lo antes posible para que podamos buscar con más tiempo. Por ejemplo, si sabemos que aparece un futbolista, con tiempo podemos llegar a contactar a Palermo o a Vilas, que terminarán siendo una o dos escenas, pero hacen más divertido lo que se ve en pantalla.
¿Están recibiendo buenas respuestas de los que convocan a hacer estas intervenciones?
Si, ahora que está al aire inclusive es mucho más fácil a la hora de hacer la propuesta. Antes, cuando la comedia no había debutado, era mucho más difícil contarles para qué los queríamos y teníamos que vender la historia o la participación de otra manera. Más que nada porque nadie vio. Ese profesional, que no está acostumbrado al mundo de la ficción, tiene que confiar en nuestra palabra para que acceda a hacerlo. En cambio ahora, como es el caso de Los únicos, todos saben de qué va hacer una participación ahí: que es de uno o dos capítulos y que la idea es darle un toque divertido a la pantalla.
¿Cómo es el proceso de selección de un actor para un rol determinado?
Todo se basa en el consenso: en la selección interviene la opinión nuestra, la de los productores y la de los autores. El consenso es la base de un buen trabajo y el germen del trabajo en equipo. Cuando desde casting proponemos un nombre nos preocupamos porque le guste a todos. El circuito funciona de la siguiente manera: el productor nos dice que necesita un actor para tal personaje, que tiene cierta edad, altura, habilidades y rasgos físicos. El proceso de selección no es algo hecho al libre albedrío. Es un trabajo a conciencia donde no se piensa sólo en el presente del personaje sino también en lo que puede dar en el futuro. El mejor ejemplo es el ingreso en la historia del villano que compuso Martín Bossi. Junto a él entraron sus dos secuaces, que no son simplemente dos chicas lindas, sino que además son profesoras de artes marciales entrenadas para escenas de acción. Tenemos que preveer ese aspecto para cuando el libro las lleve a tener que pelear o luchar en alguna escena futura. Con las participaciones todo está pensado, todo está consultado y nada se toma a la ligera.
La Directora del Departamento de Casting de Pol-ka habla sobre los pormenores a la hora de elegir a los actores invitados que casi todas las semanas aparecen en Los únicos, la comedia del prime time de El Trece.
Con tantos actores invitados y participaciones ¿Es más intenso el trabajo de casting que hacen para Los únicos?
Es un trabajo más vertiginoso que en otra ficciones. El formato que tiene Los únicos y la forma en que se cuentan las historias invita a jugar con la imaginación. Si vemos en los libros que en una escena aparece un diseñador de modas, con Los únicos tenemos la posibilidad de imaginar a un diseñador de modas verdadero realizándolo. Al ser una comedia delirante pero no fantástica podemos jugar con la realidad y la ficción y tenemos el marco adecuado como para jugar con personajes conocidos popularmente. La intervención termina siendo sólo un cameo, igual que un bolo cualquiera, pero con una cara conocida que hace más divertida la historia. Los productores ahora saben que si aparece un profesional en la historia nos avisan lo antes posible para que podamos buscar con más tiempo. Por ejemplo, si sabemos que aparece un futbolista, con tiempo podemos llegar a contactar a Palermo o a Vilas, que terminarán siendo una o dos escenas, pero hacen más divertido lo que se ve en pantalla.
¿Están recibiendo buenas respuestas de los que convocan a hacer estas intervenciones?
Si, ahora que está al aire inclusive es mucho más fácil a la hora de hacer la propuesta. Antes, cuando la comedia no había debutado, era mucho más difícil contarles para qué los queríamos y teníamos que vender la historia o la participación de otra manera. Más que nada porque nadie vio. Ese profesional, que no está acostumbrado al mundo de la ficción, tiene que confiar en nuestra palabra para que acceda a hacerlo. En cambio ahora, como es el caso de Los únicos, todos saben de qué va hacer una participación ahí: que es de uno o dos capítulos y que la idea es darle un toque divertido a la pantalla.
¿Cómo es el proceso de selección de un actor para un rol determinado?
Todo se basa en el consenso: en la selección interviene la opinión nuestra, la de los productores y la de los autores. El consenso es la base de un buen trabajo y el germen del trabajo en equipo. Cuando desde casting proponemos un nombre nos preocupamos porque le guste a todos. El circuito funciona de la siguiente manera: el productor nos dice que necesita un actor para tal personaje, que tiene cierta edad, altura, habilidades y rasgos físicos. El proceso de selección no es algo hecho al libre albedrío. Es un trabajo a conciencia donde no se piensa sólo en el presente del personaje sino también en lo que puede dar en el futuro. El mejor ejemplo es el ingreso en la historia del villano que compuso Martín Bossi. Junto a él entraron sus dos secuaces, que no son simplemente dos chicas lindas, sino que además son profesoras de artes marciales entrenadas para escenas de acción. Tenemos que preveer ese aspecto para cuando el libro las lleve a tener que pelear o luchar en alguna escena futura. Con las participaciones todo está pensado, todo está consultado y nada se toma a la ligera.
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