Son tiempos en que los dueños de productoras y canales de televisión buscan invertir lo menos posible y tener réditos económicos abundantes: compran latas de novelas extranjeras o invaden la grilla con programas de archivos o realizan ficciones de bajo presupuesto cuyo formato luego intentan vender a precio dólar en países extranjeros. En este sentido, Los Unicos, la comedia policial producida por Pol-ka, rompe ampliamente con dicha estructura de negocio por su alto presupuesto basado en la contratación de las figuras Nicolás Cabré, Mariano Martínez y Griselda Siciliani, y también por los efectos especiales: armas que valen entre 2 mil a 8 mil dólares y largas escenas de explosiones que debieron ser grabadas en varias etapas como la que se verá mañana en el primer capítulo (a las 22 por El Trece). “Fueron cuatro días y la hicimos en una estancia de Luján. Nos divertimos mucho, estuvo bárbaro vivir el caos, los disparos, el helicóptero que sobrevolaba el lugar y las bombas ”, relatan los tres actores.
La nueva superproducción narrará la historia de Diego Rouvier (Martínez), María Soledad Marini (Siciliani) y Axel Etcheverry (Cabré), tres civiles que son llamados a alistarse en un escuadrón secreto para combatir los delitos de los villanos Livio Muzak (Carlos Belloso) y Ronco Milevich (Favio Posca) y para ello cuentan con dones superlativos: Siciliani hará de una mujer con fuerza sobrenatural, Cabré será llamado “el Irrompible” por su resistencia ósea y Martínez posee una capidad intelectual y deductiva que supera a la humana. Los “superagentes” estarán a cargo del jefe Alfredo Monterrey (Arnaldo André), su asistente, Soraya Bismarck (Claudia Fontán) y compartirán la brigada con Rubén Hagi (Nicolás Vázquez), María Paula “Poli” Said (Jimena Barón), Hugo Albarracín (Pepe Monje) y Rosario Ahumada (María Eugenia Tobal).
—Para las escenas de riesgo tienen dobles, ¿piden hacerlas ustedes o prefieren cuidarse?
CABRE: No me gusta que me pongan el doble. Disfruto, me gusta el vértigo y sentir que la bomba casi me prende fuego, no debo estar muy bien de la cabeza, ¿no? No me dejaron tirarme del cuarto piso que aparece en la primera emisión, me quería tirar sin que me graben. Sí, quizá estoy medio loco (se ríe).
SICILIANI: Me dan miedo los fuegos, las balas. Quizás me gusta romper las puertas que son más a tierra (sic), me dan impresión los ruidos de los tiros porque nos aturden y no nos podemos tapar los oídos.
MARTINEZ: Si lo hago o pido es porque me parece que es lo mejor, si no se encargan los muchachos (dobles). No da ponerme en riesgo o lastimarme ya que grabamos todos los días. Yo no pediría de saltar como Nico, no me animaría.
—Si pudieran usar algunos de sus dones para hacer justicia en la vida real, ¿en qué situación los utilizarían?
M: Calculo que si tuviera un coeficiente tan elevado lo utilizaría para ser mejor en todo, ayudar a la gente, pero sería complicado porque resolvería muchas tramoyas, mentiras y corrupción, algo que me llevaría tiempo. Sería inevitable no ayudar a la gente.
S: Yo sería como “Mano de Piedra” Durán (ex boxeador), lo usaría para pegarles a más de uno... (se ríe). No. Realmente no le pegaría a nadie porque mi personalidad no es para nada violenta, tampoco ajusticiaría a nadie porque me hiciera algo malo, confiaría en la Justicia.
Durante la entrevista, los actores se interesan por aclarar que en la telenovela no son superhéroes porque, dicen, “estos personajes están más cerca de ser policías, son personas que trabajan por el bien de la ciudadanía. Tienen algunos dones especiales pero no tienen que ver con los superhéroes”. La comedia está escrita por Pablo Junovich, Cecilia Guerty y Mariano Vera y la dirección está a cargo de Rodolfo Antúnez y Sebastián Pivotto. Sobre el porcentaje de romanticismo que se verá, Griselda afirma que “será muy alta, con muchas historias que se mezclan”.
—¿En su infancia quiénes eran sus superhéroes preferidos?
M: Siempre miraba a Batman.
S: Me gustaba Chitara de los Thunthercats. Era una grosa, esteticamente hermosa, muy hábil.
C: El mío era Microman (se ríe). Era una parodia de Superman, un tipo pequeño que tenía un perro y una cucha en la cabeza. Muy gracioso.
Versus, contras, enemigos. En la vereda de enfrente tendrán el estreno de Un año para recordar (Telefe), con el protagónico de Carla Peterson y Gastón Pauls. “A mí no me interesa el rating –asegura Nicolás–. Es un tema de los productores, no entro en la locura del minuto a minuto, ni me presiona, pero ojalá que nos vaya bien a todos”. Y Siciliani, amiga de la ex Los exitosos Pells, agrega: “Me gusta mirar qué ficciones hay en la tele, y además porque sé que va a estar bueno el programa de Telefe, soy amiga de Carla, estamos mucho tiempo juntas y hablamos de nuestros proyectos y tenemos una relación profunda. Es una situación graciosa, incómoda por la competencia y bastante emotiva por el lugar importante que ocupamos en el medio”.
—En 2010, “Alguien que me quiera” tuvo que cambiar de horario, “Botineras” realizó cambios en su historia y “Cain & Abel” duró muy poco, ¿apoyan la Ley de Medios impulsada por el Gobierno, donde se pide que el 30% del 70% de la producción nacional sean ficciones?
M: Sí, la Ley de Medios es bárbara, muy positiva, está bueno que haya muchas ficciones nacionales, que no sean latas.
S: Me parece buenísimo. Igualmente los actores no somos los dueños de la televisión, es verdad lo que dice Mariano, porque acá trabajan muchas personas detrás de cámaras, viven muchas familias. Como actriz, estaría chocha que sea todo ficción, ahora volvieron las telenovelas al prime time, con dos en Telefe y dos en El Trece. Quizás estaría bueno que la gente se enganche, y vuelvan los comentarios sobre qué pasó en un capítulo que te perdiste o cómo terminó en vez de saber quién se peleó o puteó con quién, como pasaba en lo de Tinelli. La tele empieza a teñirse del color que a mí me gusta.
—¿El público infanto-juvenil es el más fácil o difícil de atraer?
C: Creo que son los más difíciles, porque tenés que llamarles la atención, causarles gracia pero con el cuidado de no deformar al agregarles la información. Es más complejo desde la responsabilidad de cada uno, por eso hay chistes para chicos y otros para grandes.
Fuera del estudio. Además de ser la protagonista, Griselda (32) nuevamente trabaja bajo las órdenes de su pareja, Adrián Suar, como sucedió en Para vestir santos. Mariano (32) regresa a la TV luego del éxito Valientes, donde interpretó a Segundo; fue quien mas tomó respiro de la pantalla para dedicarse al rol de padre: tuvo a Olivia con Juliana Giambroni. Nicolás (31) descansó poco tras caracterizar al “Chiqui” Flores en Botineras y luego de romper con Soledad Fandiño se lo cataloga como uno de los solteros más codiciados.
—En “Sin código” y ahora en “Los Unicos” se te ve muy divertido, ¿el humor es tu álter ego?
C: Sí, creo que me animo a hacer cosas que no haría jamás en mi vida. Hasta que no me dicen “acción” no empiezo a hacerlo, ni en los ensayos. No soy de levantar la fiesta, ¡ni loco! Te puedo bailar pero tengo que estar muy borracho.
—Mariano, ¿fuiste inteligente en la secundaria?
M: No, no era para nada estudioso. Renegaba con todas las materias, me fastidiaba ir a la escuela. En uno de los últimos años me llevé siete materias a diciembre y tres a marzo. Era un desastre.
—Griselda, ¿hay que tener mucha fuerza espiritual para estar al lado de Adrián Suar?
S: No, porque es muy fácil de llevar como novio. Uno siempre tiene que tener un buen vínculo con la pareja. Adrián es una persona muy cálida conmigo, es un novio divino, realmente lo que a mí me importa es lo que vivo todos los dias con él, después quién es él en su trabajo o en el medio es algo que tiene que ver con otro andarivel.
—Es una superproducción poco vista en la televisión. Los primeros cuatro capítulos costaron miles de dólares, ¿los presiona?
M: Sí y el rating me importa, quiero que gane el horario, y obviamente que no va a modificar mi humor en mi jornada de trabajo. Yo no puse la guita, no pienso como si fuera mía, pero quiero que la recuperen.
S: A veces se pone mucha plata y salen cosas que no son buenos productos. En este caso, era necesario para que muchas cosas tengan calidad. Las armas, el alquiler de los autos por día y usamos mucho tiempo para hacer un solo capítulo que genera un alto costo. Si apuestan mucho es porque confían en que tendrán un rédito.
C: Estos datos de cifras increíbles me hacen sentir un afortunado de poder hacer lo que me gusta en un país complicado, me siento orgulloso de ser parte de este proyecto importante y que depositen la confianza en mi profesión. Pero no pienso en que gastaron mucho y que debo estar re bien, si hubieran gastado 10 mil pesos daría las mismas ganas. Nunca supe cuánto sale un capítulo. Si hago una escena que salgo todo roto pero sale bien me quedo tranquilo, disfruto.
La nueva superproducción narrará la historia de Diego Rouvier (Martínez), María Soledad Marini (Siciliani) y Axel Etcheverry (Cabré), tres civiles que son llamados a alistarse en un escuadrón secreto para combatir los delitos de los villanos Livio Muzak (Carlos Belloso) y Ronco Milevich (Favio Posca) y para ello cuentan con dones superlativos: Siciliani hará de una mujer con fuerza sobrenatural, Cabré será llamado “el Irrompible” por su resistencia ósea y Martínez posee una capidad intelectual y deductiva que supera a la humana. Los “superagentes” estarán a cargo del jefe Alfredo Monterrey (Arnaldo André), su asistente, Soraya Bismarck (Claudia Fontán) y compartirán la brigada con Rubén Hagi (Nicolás Vázquez), María Paula “Poli” Said (Jimena Barón), Hugo Albarracín (Pepe Monje) y Rosario Ahumada (María Eugenia Tobal).
—Para las escenas de riesgo tienen dobles, ¿piden hacerlas ustedes o prefieren cuidarse?
CABRE: No me gusta que me pongan el doble. Disfruto, me gusta el vértigo y sentir que la bomba casi me prende fuego, no debo estar muy bien de la cabeza, ¿no? No me dejaron tirarme del cuarto piso que aparece en la primera emisión, me quería tirar sin que me graben. Sí, quizá estoy medio loco (se ríe).
SICILIANI: Me dan miedo los fuegos, las balas. Quizás me gusta romper las puertas que son más a tierra (sic), me dan impresión los ruidos de los tiros porque nos aturden y no nos podemos tapar los oídos.
MARTINEZ: Si lo hago o pido es porque me parece que es lo mejor, si no se encargan los muchachos (dobles). No da ponerme en riesgo o lastimarme ya que grabamos todos los días. Yo no pediría de saltar como Nico, no me animaría.
—Si pudieran usar algunos de sus dones para hacer justicia en la vida real, ¿en qué situación los utilizarían?
M: Calculo que si tuviera un coeficiente tan elevado lo utilizaría para ser mejor en todo, ayudar a la gente, pero sería complicado porque resolvería muchas tramoyas, mentiras y corrupción, algo que me llevaría tiempo. Sería inevitable no ayudar a la gente.
S: Yo sería como “Mano de Piedra” Durán (ex boxeador), lo usaría para pegarles a más de uno... (se ríe). No. Realmente no le pegaría a nadie porque mi personalidad no es para nada violenta, tampoco ajusticiaría a nadie porque me hiciera algo malo, confiaría en la Justicia.
Durante la entrevista, los actores se interesan por aclarar que en la telenovela no son superhéroes porque, dicen, “estos personajes están más cerca de ser policías, son personas que trabajan por el bien de la ciudadanía. Tienen algunos dones especiales pero no tienen que ver con los superhéroes”. La comedia está escrita por Pablo Junovich, Cecilia Guerty y Mariano Vera y la dirección está a cargo de Rodolfo Antúnez y Sebastián Pivotto. Sobre el porcentaje de romanticismo que se verá, Griselda afirma que “será muy alta, con muchas historias que se mezclan”.
—¿En su infancia quiénes eran sus superhéroes preferidos?
M: Siempre miraba a Batman.
S: Me gustaba Chitara de los Thunthercats. Era una grosa, esteticamente hermosa, muy hábil.
C: El mío era Microman (se ríe). Era una parodia de Superman, un tipo pequeño que tenía un perro y una cucha en la cabeza. Muy gracioso.
Versus, contras, enemigos. En la vereda de enfrente tendrán el estreno de Un año para recordar (Telefe), con el protagónico de Carla Peterson y Gastón Pauls. “A mí no me interesa el rating –asegura Nicolás–. Es un tema de los productores, no entro en la locura del minuto a minuto, ni me presiona, pero ojalá que nos vaya bien a todos”. Y Siciliani, amiga de la ex Los exitosos Pells, agrega: “Me gusta mirar qué ficciones hay en la tele, y además porque sé que va a estar bueno el programa de Telefe, soy amiga de Carla, estamos mucho tiempo juntas y hablamos de nuestros proyectos y tenemos una relación profunda. Es una situación graciosa, incómoda por la competencia y bastante emotiva por el lugar importante que ocupamos en el medio”.
—En 2010, “Alguien que me quiera” tuvo que cambiar de horario, “Botineras” realizó cambios en su historia y “Cain & Abel” duró muy poco, ¿apoyan la Ley de Medios impulsada por el Gobierno, donde se pide que el 30% del 70% de la producción nacional sean ficciones?
M: Sí, la Ley de Medios es bárbara, muy positiva, está bueno que haya muchas ficciones nacionales, que no sean latas.
S: Me parece buenísimo. Igualmente los actores no somos los dueños de la televisión, es verdad lo que dice Mariano, porque acá trabajan muchas personas detrás de cámaras, viven muchas familias. Como actriz, estaría chocha que sea todo ficción, ahora volvieron las telenovelas al prime time, con dos en Telefe y dos en El Trece. Quizás estaría bueno que la gente se enganche, y vuelvan los comentarios sobre qué pasó en un capítulo que te perdiste o cómo terminó en vez de saber quién se peleó o puteó con quién, como pasaba en lo de Tinelli. La tele empieza a teñirse del color que a mí me gusta.
—¿El público infanto-juvenil es el más fácil o difícil de atraer?
C: Creo que son los más difíciles, porque tenés que llamarles la atención, causarles gracia pero con el cuidado de no deformar al agregarles la información. Es más complejo desde la responsabilidad de cada uno, por eso hay chistes para chicos y otros para grandes.
Fuera del estudio. Además de ser la protagonista, Griselda (32) nuevamente trabaja bajo las órdenes de su pareja, Adrián Suar, como sucedió en Para vestir santos. Mariano (32) regresa a la TV luego del éxito Valientes, donde interpretó a Segundo; fue quien mas tomó respiro de la pantalla para dedicarse al rol de padre: tuvo a Olivia con Juliana Giambroni. Nicolás (31) descansó poco tras caracterizar al “Chiqui” Flores en Botineras y luego de romper con Soledad Fandiño se lo cataloga como uno de los solteros más codiciados.
—En “Sin código” y ahora en “Los Unicos” se te ve muy divertido, ¿el humor es tu álter ego?
C: Sí, creo que me animo a hacer cosas que no haría jamás en mi vida. Hasta que no me dicen “acción” no empiezo a hacerlo, ni en los ensayos. No soy de levantar la fiesta, ¡ni loco! Te puedo bailar pero tengo que estar muy borracho.
—Mariano, ¿fuiste inteligente en la secundaria?
M: No, no era para nada estudioso. Renegaba con todas las materias, me fastidiaba ir a la escuela. En uno de los últimos años me llevé siete materias a diciembre y tres a marzo. Era un desastre.
—Griselda, ¿hay que tener mucha fuerza espiritual para estar al lado de Adrián Suar?
S: No, porque es muy fácil de llevar como novio. Uno siempre tiene que tener un buen vínculo con la pareja. Adrián es una persona muy cálida conmigo, es un novio divino, realmente lo que a mí me importa es lo que vivo todos los dias con él, después quién es él en su trabajo o en el medio es algo que tiene que ver con otro andarivel.
—Es una superproducción poco vista en la televisión. Los primeros cuatro capítulos costaron miles de dólares, ¿los presiona?
M: Sí y el rating me importa, quiero que gane el horario, y obviamente que no va a modificar mi humor en mi jornada de trabajo. Yo no puse la guita, no pienso como si fuera mía, pero quiero que la recuperen.
S: A veces se pone mucha plata y salen cosas que no son buenos productos. En este caso, era necesario para que muchas cosas tengan calidad. Las armas, el alquiler de los autos por día y usamos mucho tiempo para hacer un solo capítulo que genera un alto costo. Si apuestan mucho es porque confían en que tendrán un rédito.
C: Estos datos de cifras increíbles me hacen sentir un afortunado de poder hacer lo que me gusta en un país complicado, me siento orgulloso de ser parte de este proyecto importante y que depositen la confianza en mi profesión. Pero no pienso en que gastaron mucho y que debo estar re bien, si hubieran gastado 10 mil pesos daría las mismas ganas. Nunca supe cuánto sale un capítulo. Si hago una escena que salgo todo roto pero sale bien me quedo tranquilo, disfruto.
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